Acabo de leer en PR Noticias que la agencia española Goodwill Comunicación estrena web corporativa.
Tras dudar 15 segundos si debía escribir de ello la típica paja mental de cómo vas a hablar de la competencia, mira que les haces publicidad y tal y tal me he puesto manos a la obra.
Con luces y sombras como todos, quería romper una lanza en favor de Pablo Herreros, pues seguro que la idea tras el enfoque de la nueva web es cosa suya. Básicamente, el nuevo sitio estrena tecnologías y estética muy bloggerianas. Es fácil de ver, sin duda desenfadado y sirve para recordarnos algo que todos sabemos pero que nos resistimos a aceptar: la nota de prensa ha muerto.
De su nueva web me gusta:
+++ Las capacidades y los canales RSS (incluso por clientes)
+++ Que los clientes activos sean fácilmente visibles y reconocibles (sin trampa ni cartón)
+++ Hay mucho vídeo y mucha foto: una pequeña zona de prensa multicliente
+++ ¡Al fin alguien se atreve con los videocomunicados plenamente digitalizados!
Me gusta menos (lo siento, Pablo: sé que no soy nadie para criticar):
— Tal vez parezca un poquitín «handmade» (aunque por otra parte, ese también es su encanto).
El caso es que este restyling no es gratuito. Goodwill ha entendido que el mundo desarrollado está plenamente digitalizado y que, por tanto, cada vez somos menos dependientes de los textos y se hace más necesaria la inclusión de contenidos audiovisuales que, dicho sea de paso, son fáciles y baratos de integrar -si se abordan las necesarias inversiones-.
Se atisba en el horizonte un panorama mucho más dramático para el periodismo (¿Comorl? ¿De que habla este tío?). Que con estas tecnologías y la democratización de la generación de contenidos (ya no necesitamos papel, ni impresoras, ni complejas logísticas, ni siquiera un título para informar de nuestra realidad) la información -literalmente-, va a pasar por encima del filtro periodístico y tocar directamente al consumidor final.
A ver como se masca eso…